El papel de las empresas y su forma de operar es cada vez más relevante, en especial luego de lo vivido durante la pandemia, la crisis medioambiental y el contexto político que estamos viviendo. En este sentido, los modelos de negocio, incluyendo aquellos de servicios profesionales como los bufetes de abogados, auditores y contadores, deben adaptarse para satisfacer las nuevas exigencias de clientes, colaboradores, proveedores, inversionistas, comunidad, entre otros “stakeholders”. Como destaca Deloitte “los negocios deben cambiar su modelo de operación para cumplir con nuevas y más altas expectativas de sostenibilidad, atendiendo las demandas del presente y sin comprometer los recursos del futuro».
Hoy en día, los Principios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) han emergido como un marco clave para evaluar y mejorar el desempeño empresarial desde una perspectiva sostenible. Esto surge en el 2004 cuando las Naciones Unidas invitan a diversas instituciones financieras a participar en una iniciativa conjunta con el Banco Mundial, el Gobierno de Suiza y la Corporación Financiera Internacional (IFC) para encontrar formas de integrar los principios ambientales, sociales, y de gobernanza en las estrategias de inversión. Y desde entonces, ha permeado en otros sectores.
Aunque tradicionalmente se piensa que estos principios son aplicables principalmente a grandes empresas con operaciones industriales o inversiones significativas en comunidades específicas, cada vez más firmas de servicios profesionales, como bufetes de abogados, están reconociendo la importancia de integrar estos criterios en su forma de hacer negocios, debido a los beneficios tangibles que aporta, como una mejor reputación, mayor rentabilidad y sostenibilidad a largo plazo.


